De repente dejé de necesitar el aire. Vi mi reflejo en sus pupilas. En ese momento decidí poner parte de mis latidos en sus manos.
_Tengo miedo.
Su mirada se preocupó por mí.
_¿Miedo?
_Si_ murmuré.
Se acercó más a mí.
_¿A qué?
_A que dejes de hacerlo.
Todo lo que no me atrevo a decir.