domingo, 30 de octubre de 2011

Taste.

Fue un segundo. Quizás dos. Su piel volvió a rozar la mía. Sin más. Un contacto efímero, simple, casi irrisorio. Había pasado tanto, tanto tiempo. Tantos nombres nuevos. Tantas caricias desconocidas. Un escalofrío me recorrió el cuerpo. Ninguna. Absolutamente ninguna como su piel. Nadie. Absolutamente nadie.



_Después de tanto tiempo..._tenía mi cara entre sus manos. Me miró. Me sonrió. Me fallaron las piernas_Nunca creí que llegaría a pasar.
_Gracias._susurré.
Me apretó contra su cuerpo.
_¿Gracias por qué?
_Por volver.



¿Destino?


domingo, 16 de octubre de 2011

Clock.

Me estoy contradiciendo a cada paso y le estoy poniendo punto y aparte al orgullo. Estoy haciendo todo lo que dije que nunca haría. Me estoy arrastrando ante ti. Me estoy arrastrando por y para ti.




_¿Sabes que volverá no?
Se me aceleró un poco el corazón. Asentí.
_Volverá cuando él quiera. No cuando tú le necesites.







No sabes qué duele más.

domingo, 2 de octubre de 2011

Be mine.

_Ella era un chica de costumbres ¿sabes?. Tenía tantas que a duras penas puedo recordarlas todas. Sin embargo, hay una que destaca por encima de todas las demás. Una que se grabó a fuego en mi memoria y que, me temo _me miró a los ojos_ nunca podré olvidar. Esa costumbre era increíble. Fantástica. La más maravillosa de todas. Y yo...yo no supe verlo.
Pude ver en su rostro el rastro de la tortura que aún hoy le suponía recordar aquello. Siguió hablándome.
_Cada mañana, cuando a penas era consciente de que mis pupilas le daban los buenos días a la mañana, ella se aferraba a mí y me susurraba que me necesitaba.
Su voz se quebró. Necesitó unos segundos para recomponerse.
_A pesar de que era una chica de costumbres, un día dejó de hacerlo. Esa costumbre se marchitó. Simplemente dejó de existir. Y aunque seguimos muchos años más, nunca pude dejar de pensar que ella no quiso necesitarme más.




Uno no puede huir de sus propios fantasmas.