domingo, 14 de abril de 2013

Maybe I should.

Suplícame un beso por pura necesidad y un último orgasmo antes de darte las buenas noches. Ruégame que me despierte contigo y no duerma con nadie más. Déjame claro que tú y yo seremos como una montaña rusa y que sólo descenderemos para volver a coger impulso.
Prométeme la eternidad que yo te devolveré un "para siempre". Pídeme si quieres castillos que yo levantaré ciudades enteras por ti.
Pídeme mis latidos, mis ideas descabelladas, mis planes de último minuto y mis mañanas de domingo. Pídeme lo que quieras. 
Porque el problema, mi vida, es que yo, contigo, lo quiero todo.





Es absurdo, irritante, indeciso. Un desastre. Impuntual. Un payaso. Poco o nada detallista. La persona que más me crispa los nervios con mucha diferencia. Quien no entiende mis ironías ni mi sarcasmo. A quien le da absolutamente igual cuántos buenos argumentos le des en contra de sus ideas, va a seguir pensando exactamente lo mismo. Un historias. Discusiones. Un crío con un disfraz de adulto que probablemente le queda demasiado grande. La persona más cabezona, testaruda, desesperante y terca del mundo. El rey de las contradicciones y de los celos que no son celos. Quien cuando no sabe, inventa. 

Es, con mucha certeza, la persona más diferente a mí que he podido encontrar.
¿El problema?
Que también es quien me rompe los esquemas. Quien me hace reír cuando no me lo espero. La sonrisa más bonita que he visto y mucho más cuando me la dedica. También tiene la capacidad de convertir la tontería más insignificante en el detalle más increíble. Me he sentido más que segura escondida entre sus brazos y me ha hecho ser fuerte, valiente, capaz de todo. Es de ese reducido grupo de personas que se mantienen sin ningún tipo de maldad. Que tienen una mirada pura, limpia, que se puede bucear a través de ella. Es esa persona que cuando me miraba, yo... yo no podía evitar ruborizarme. Quizás me miraba demasiado bonito, demasiado intenso.
De alguna forma y con todo, supo cómo ser justo lo que necesitaba.



El calor de verte sonreír después de tanto tiempo.