viernes, 8 de noviembre de 2013

Unbelievable.

Me sobraron los motivos y me faltaron las razones. Hubo demasiadas casualidades y muy pocas coincidencias. Estuvimos tan lejos de la perfección como cerca del desastre y tuve que decir basta. Basta a las noches tristes y eternas. A la angustia en los pulmones. A los días borrosos y a tu voz.

Dije basta por orgullo, por heridas y por agotamiento. Lo hice por ti. Por mi. Para evitar convertirnos en un recuerdo amargo que destruyese lo que un día construimos casi sin darnos cuenta.
Dije basta a sabiendas de que no quería decir basta.



_ No me fui._ murmuró.
Sentí que el tiempo dejaba de tener sentido. La simplicidad de lo absurdo, de lo obvio.
_ No me fui_ repitió._ Escapé.
"Escapé". Confesión. Culpa. Redención. 
No quise creerlo. No lo que me había dicho. Al fin y al cabo, eso era algo de lo que yo había sido consciente incluso antes que él. No quise creer el que fuese capaz de decirlo. No ahora. No así. No después de todo.



Sé que estás ahí.