A veces no puedo evitar imaginarme cómo sería el dibujo que dejarían mis uñas en su espalda.
_¿Qué salió mal?_le miré derrotada_ Dime en qué fallamos. ¿Qué demonios decidimos hacer mal?Me observó con ternura, como sosteniéndome con su forma de ver la realidad. Me abrazó, y mientras yo rezaba para que nos fundiéramos el uno con el otro por última vez, él me susurró al oído.
_Tu y yo éramos invencibles juntos. Quizás el mundo no esté preparado para eso. Aún no.
Empieza a preocuparme.