Le dije que no volvería a pasar. Le conté que otro me hacía sentir otra vez. Le susurré que me olvidase, que yo ya lo había hecho. Que intentase ser feliz, que yo lo estaba consiguiendo.
Le mentí.
Encajé el golpe como pude, sorteando el puñal que había decidido enviarme. Aparté la vista de sus ojos e intenté tranquilizarme. No abrí la boca. No supe qué decir. Continuó hablando.
_Mírate ahora...Das pena. Mendigando mi atención. Encontrándole doble sentido a todo aquello que no lo tiene.
Estallé.
_Cállate.
_¿Cómo dices?_controló bien la sorpresa que le dibujó en la cara. Pronto dejó paso a una sonrisa irónica.
_Cállate_repetí. Despacio, sin alterarme.
_Duele escuchar las verdades ¿no?
Fue más de lo que pude soportar.
_Dice mucho de ti que las primeras verdades que me has dicho en tu vida las hayas dicho para herirme.
Bum.
Una conversación rotunda, tajante e increíble.
ResponderEliminarMe encantosobre todo la ultima parte...!!! Dice mucho de ti....!!! Uah una conversacion de verdad..!!! Besos nena solo estaba de visita, muacks...!!
ResponderEliminarEl da un golpe con sus palabras pero al final queda hundido, increíble.
ResponderEliminarFantástico y contundente final. A cuántas nos gustaría en ocasiones tener esa perspicacia para cerrar bocas.
ResponderEliminarUn besazo
Me a encantado tu blog! esta entrada es increíble. Te sigo sin duda!
ResponderEliminarun besazo!