Me creí invencible. Nos supuse inmortales. No me di cuenta de la existencia de aquello que podía acabar con nosotros. Lo tenía delante pero no quise ver. Preferí cerrar los ojos y acariciarte a tientas. Preferí no saber que lo único que podía vencernos eras tú. Preferí no saber que lo harías.
_Nunca te prometí nada.
_Nunca te pedí que lo hicieras.
Que me destroza a cada paso.
Supongo que siempre nos creemos inmortales. Nos empeñamos en creer que las cosas son para toda la vida, pero nos equivocamos. Todo tiene un final, y este trae un nuevo comienzo. Es el ciclo.
ResponderEliminar(No me canso de decirte que adoro cada entrada)
Besos agridulces *-*
Hay miradas que prometen más que muchas promesas.
ResponderEliminarMuá! :)
Negamos evidencias y con la venda el los ojos caminamos por el abismo.
ResponderEliminarAbrazos almendrados ;)