viernes, 15 de marzo de 2013

For all the time.

A pesar de todo, hay cosas que nunca te dije. Que por una razón o por otra, se quedaron clavadas en mí.

Como por ejemplo, que hay días en los que se me hace imposible. Me resulta imposible no acabar desquiciada. Por ti. Por mí. Por lo que pudo ser. Por lo que, probablemente ni tu, ni yo, queremos admitir que ya no es. 
Que yo también echo de menos no verte despertar en mi colchón y que me comen los celos. Que sería muy capaz de apostarlo todo por nosotros y me destroza pensar que a ti te da demasiado miedo perder.

Y que nos echo demasiado de menos. Y que quiero que vuelvas. Aquí, conmigo. Y ser nosotros otra vez.




_Vuelve.
Fue un susurro. Un suspiro. Una súplica desde lo más profundo de mi necesidad.
_¿Quieres que vuelva?
Pude verlo. El dolor en el tono de su voz. En la forma en la que lo dijo. Era real y entonces lo comprendí. Él no lo sabía. No sabía hasta qué punto le necesitaba. Hasta qué punto le echaba de menos. No podía culparle por ello. Nunca me permití decírselo. 
_Sí.

No volvió. Supongo que lo comprendí demasiado tarde.



Es complicado.

2 comentarios:

  1. Increible, pero cierto. Estoy leyendo lo que nunca pude plasmar en palabras reales por mi misma.

    Totalmente lo amé.

    ResponderEliminar
  2. Profundo... como un pataleo en la barriga.

    Un placer leerte y sentir por un rato la fuerza de tus palabras.

    Besos almendrados ;)

    ResponderEliminar

Mirada