"Tiene una sonrisa que...cuando decide regalármela durante un segundo...yo no puedo dejar de pensar que daría lo que fuera para verla cada mañana al despertar."
(...)
_No me lo puedo creer. Dime que no has imaginado como será vuestra casa.Me lanzó una mirada cargada de reproche, culpándome por ser tan ingenua. Yo no pude evitar sonrojarme y mirar hacia otro lado.
_Contéstame.
Seguí sin mirarla, refugiándome en mi silencio. Cuando conseguí armarme de valor contesté.
_Si. _ me miró perpleja _Claro que lo he hecho. He imaginado hasta el olor a madera quemada que desprenderá nuestra chimenea.
El reproche se convirtió en compasión. Se acercó a mi y me acarició el pelo con ternura.
_Sabes que nunca ocurrirá. ¿Por qué te haces esto?
Lo que quedaba de mi corazón tembló ante una realidad que se negaba a aceptar.
_Por que no puedo imaginarme una vida, mi vida, sin él.
Lo siento, no puedo evitarlo.
Escribes cosas que siento como propias, y que, al menos a mí, me llegan hasta el fondo del corazón... O, como tú dices, del poco que queda.
ResponderEliminarSe me an puesto los bellos de punta,hay muchas personas que sienten eso,,,me encantan tus escritos,tienes un don para describir los sentimientos y las emociones.
ResponderEliminarme encantó
besoss
Me enamore de tu blog....lo sigo!
ResponderEliminaryo tampoco puedo... dejar de imaginármelo... asi que te entiendo bien. Es duro
ResponderEliminarAinss... mi reino por una chimenea. Qué digo. Regalaría a mis nietas por una chimenea.
ResponderEliminarGuao, me identifico mucho con este post, te sigo! un besaazo:)
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