domingo, 15 de agosto de 2010

Loved.

Ya ni siquiera eres parte de mí. Son ya pocas, muy pocas, las veces que el corazón me suplica por ti. El tiempo va borrando la huella que dejaste en mi piel y el sonido de tu risa cada vez parece más lejano. El aire, el cielo e incluso el sol parecen sonreírme, como si quisieran regalarme su aliento, como si quisieran hacerme entender que ya no vives en mí. Y yo me lo creo. Me lo creo hasta que me descubro escribiendo sobre ti por enésima vez. Como si escribiendo sobre nosotros el pasado se materializase ante mí, cicatrizando todas y cada una de mis heridas.


_¿Ya no me quieres?
_Ése es el problema.
_¿Cuál?
_Que yo nunca te quise.
Aguantó el golpe como pudo, tiró su orgullo por la borda e intentó recomponerse.
_Yo puedo hacerlo por los dos. Por nosotros.
Piedad, suplicó para sus adentros, por favor, piedad. Apiádate de mí, del amor que siento y que nos hace ser nosotros.
_No puedes hacerlo. Nadie puede hacer eso. Fuiste tú quien inventó ese nosotros que nunca existió.



Una y otra vez.

2 comentarios:

  1. Wow, me encanto lo que escribiste.

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  2. Creo que ha pasado mucho tiempo desde que leí un blog con el que me sintiera en realidad identificada.
    Te sigo!

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Mirada