Si el mundo se acabase mañana, sé que no sería la primera a la que llamarías. Es posible que ni te acordases de mí. Yo, sin embargo, pasaría mi últimos latidos queriéndote hasta estallar. Absurdo.
Decía las palabras con rabia, con impotencia. Como si escupiéndolas fuera a aligerar la presión que sentía en el pecho.
Él la miró casi con indiferencia. La presión aumentó.
_Si ya lo sabes ¿por qué te sigues haciendo daño?
Crash. El corazón le estalló en mil lágrimas. Mil más.
Y de repente todo se detuvo.
Hay que ver el daño que nos hacemos a nosotras mismas en ocasiones... pero qué dificil sacar de la cabeza lo que el corazón no consigue olvidar. Qué difícil...
ResponderEliminarMe encantó la entrada, llega a ser todo realmente muy difícil para el corazón
ResponderEliminarsaludos ...azya...
Puf. Clavao. Llegas al corazón.
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