sábado, 31 de julio de 2010

Take my time.

Y me da vergüenza. Me da vergüenza confesarte que mi cama no tiene sentido sin ti. Me da vergüenza necesitarte demasiado o no quererte lo suficiente. Hasta me avergüenza decirte que quiero que te quedes a mi lado para siempre.




_Quédate conmigo._susurré.
Me miró como si no supiera cómo reaccionar. Como si la cabeza le gritase que no debía, que ya me había hecho daño suficiente y el corazón le exigiese quererme un poco más.
_¿Estás segura?
Me acerqué a él con la mirada fija en el suelo. Le cogí las manos y besé una de ellas mientras una lágrima me resbalaba por la mejilla. Levanté la mirada y comprobé que me miraba con ternura y compasión. Mi corazón latía tranquilo, con la seguridad de que lo hacía en el lugar que le corresponde. Junto al suyo. Le besé mientras cerraba los ojos con fuerza intentando memorizar cada sensación. Como si fuera la última vez. Sin saber que era la última vez.



Que te necesito.

1 comentario:

  1. Siempre hay que besar como si fuera la útima vez, porque la mayoría de últimas veces, nunca sospecharon que lo eran.

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Mirada