Algún día, si se ve con fuerzas te regalará su mundo de tinta y papel. Un mundo en el que seguís siendo dos a pesar de que el tiempo empiece a desgastarlo.
Poco a poco fue soltando mi mano, que hasta hacía unos segundos había estado aferrada a la suya, en un último intento de sentir su piel abrasando la mía. Su mirada se clavó en mí, secuestrando mi respiración y mis latidos.
_¿Sigues escribiendo sobre mí después de todo lo que pasó?
Bajé la mirada. Asentí.
Me levantó la cara, obligándome a mirarle a los ojos.
_Necesitas pasar página ¿verdad?_ me preguntó con un hilo de voz_ Yo también.
Cierra la puerta y siéntate conmigo.
Voy a contarte un cuento.
Quizás no te guste el final, pero con un poco de suerte encontrarás la moraleja.
A veces el escribir es lo único que hace que sintamos a algunas personas cerca de nosotros
ResponderEliminarUna preciosidad (:
Encantada de leerte, me ha tocado el corazoncito tu entrada.
ResponderEliminarComo alguien ya dijo: "No hay más miedo que el que se siente cuando ya no sientes nada".
Lo importante es sentir.
Un abrazo